domingo, 6 de marzo de 2022

 


Ese gigante blanco guarda escenas de amores que fueron, y de amores que perduran. De niños comenzando a dar sus primeros pasitos en la vida, y de ancianos diciendo adiós. Guarda risas, discusiones, alborotos, encuentros, despedidas, silencios. Guarda amistades inquebrantables y amistades perdidas. Ese gigante blanco guarda soles que abrasan y abrazan, lluvias de una seducción incomparable, vientos molestos y tormentas que asustan. Guarda cielos que se quisiera alcanzar y arrullos de mar que convocan la calma. Ese gigante blanco, en resumen, guarda la vida… una vida que como cada año cuando el verano acaba, se pone en pausa.