martes, 20 de mayo de 2025

 

LOS NIÑOS DE GAZA

¿Qué palabras digo? ¿Cómo puede ser necesario tener que argumentar que a los niños no se los toca? Se les respeta su inocencia, su vulnerabilidad, su incapacidad absoluta para defenderse de miserias, de crueldades, de violencias. Todos los niños deben ser intocables, todos, no hay excepciones. Sin embargo, hay seres que reúnen lo peor de todas las definiciones que los están masacrando y siguen adelante exultantes, ensoberbecidos por su poder militar que no es otra cosa que una repugnante maquinaria de cobardía que actúa contra seres inocentes, indefensos, que mueren por miles a causa de las bombas, del hambre, que mueren por carencia de medicinas, por ausencia de médicos que han muerto también víctimas de ataques viles.

Todas las reacciones son tardías, todo lo que escribamos llega a destiempo, todo resulta tan trágicamente insuficiente y el peso de la culpa por no actuar, es grande cuando no se puede e inconmensurable cuando no se quiere.   

¿Cómo puede entenderse que sea necesario implorar?:

DEJEN DE MATAR A LOS NIÑOS.

 ¿Cómo puede ser posible que los sigan matando?

Aloma Sellanes

20/05/25




viernes, 16 de mayo de 2025

AUSTERIDAD

 

 Ambos nacieron en el Río de la Plata, a mediados de los años 30 y acaban de despedirse del mundo con pocos días de diferencia, acaparando la atención del planeta. Elegí una foto de uno de sus encuentros, para ilustrar, pero la mirada global sobre ellos es de tal magnitud que ni siquiera debo sumar sus nombres.

Poco puedo añadir a las innumerables palabras que se han dicho y escrito, pero hay una, sumamente valorada, que me resuena como una de sus características fuertemente compartida: austeridad. Se la resalta una y otra vez, con uno y con otro, haciendo por demás evidente que, a una parte muy significativa de la humanidad le importa mucho que los guías en el terreno religioso/espiritual y los conductores políticos, hagan de la austeridad un sello distintivo.

Es entonces que me surge una pregunta cuya respuesta no obtengo con claridad: si tanto deseamos líderes austeros, ¿vivimos nosotros mismos en la austeridad? ¿Qué tan austeros somos? ¿Acaso no sería mucho más frecuente encontrar líderes austeros, si el común de los humanos hiciéramos de la abolición de los excesos una práctica constante? ¿Existe una suerte de incoherencia entre los conductores que pretendemos y las vidas que llevamos?

Obviamente mi pregunta no va dirigida a los más desfavorecidos, siempre condenados a vidas de privaciones, en las que las carencias son los únicos excesos que conocen.

Ojalá que la austeridad se convierta en algo más que una virtud a admirar y aplaudir. Que la convicción nos ayude a cultivarla.

Aloma Sellanes

Mayo 16, 2025