lunes, 7 de noviembre de 2011

LA ALTURA DE SARKOZY

A estas alturas supongo que no es novedad entre nosotros que en la clausura del viernes de la cumbre del G20, donde países de supuesta vanguardia intentan encontrar soluciones mágicas al dislate del mundo que ellos en buena medida han contruibuido a crear, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy tuvo palabras desagradables, prepotentes y por ende inaceptables hacia nuestro país.
Lo de paraíso fiscal parece, de acuerdo a lo leido y escuchado por expertos en la materia, por lo menos un exceso propio de quien no conoce la realidad a fondo, y si no la conoce ni siquiera puede emitir opinión, mucho menos acusar.

Pero creo que el punto más alto en la indignación, se lo lleva su aseveración de que nuestro país debe ser apartado de la comunidad internacional. ¿Es una advertencia o lisa y llanamente nos amenaza? ¿Quién es usted? En un artículo del escritor Tahar Ben Jelloun, premio Goncourt 1987,  sobre los hechos de violencia en Francia del 2005, podemos encontrar algunas pistas a su arrogancia:
"... En el centro de esta revuelta late la cólera de una juventud francesa hija de la inmigración; una juventud pobre a la que no se ha tenido en cuenta y que vive bajo vigilancia policial. Y el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, se empeña en demostrar a los franceses que él les garantiza su seguridad. Es el mismo que hace muestra de firmeza y en ocasiones va más allá, amenazando a los jóvenes con el puño. Y es que él fue quien empleó la expresión limpiar con Karcher (una marca de limpiadoras de agua a presión) La Courneuve-Cité des 4.000, un barrio problemático. Justo antes de la tragedia de Clichy, el 25 de octubre por la noche, estuvo en Argenteuil y llamó chusma a los jóvenes enardecidos.
Esa forma de actuar y, sobre todo, el empleo de esas palabras, demuestran que o bien no es capaz de controlar los nervios, o bien pretende transmitir un mensaje a los electores de la extrema derecha de cara a las elecciones presidenciales del 2007". (http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=1122)


¿Tendría el puño apretado cuando lanzó su amenaza contra nosotros? ¿Qué y quién determina los países que pueden mantenerse dentro de la mística e inasible comunidad internacional? ¿El G20? Seguramente que con su estricta moral, Monsieur Sarkozy no debe estar de acuerdo con que un país que está primero en número de ejecuciones de muerte, que tiene miles de presos políticos, que tortura, que mantiene pueblos sojuzgados y que no garantiza los juicios justos, forme parte de la comunidad internacional, una pena que haya perdido la oportunidad de amenazar a China en esta cumbre, ya que tenía a Hu Jintao bien cerca de su puño.

Claro está  que otros ilustres integrantes del G20, también hacen acopio de antecedentes totalmente descalificadores:

"… Francia sigue siendo un Estado colonial...

En Nueva Caledonia, Guadalupe, Martinica, Guyana, la Reunión, Polinesia, reinan represión y menosprecio hacia el sufragio universal. Los hijos de estas colonias son, en Francia, relegados al estatus de inmigrantes, de franceses de segunda clase a los que se les niega gran parte de sus derechos. En algunas de sus antiguas colonias, Francia sigue ejerciendo una política de dominación. Una proporción enorme de las riquezas locales es aspirada por la antigua metrópoli y por el capital internacional. Su ejército actúa en Costa de Marfil como en territorio ocupado".
(http://www.decolonialtranslation.com/espanol/AppelEsp.php)


Eso pasa en el país que Monsieur Sarkozy preside, lo que lleva a concluir que no está a la altura de un gran estadista, porque un gran estadista habría enfocado estos problemas con firmeza y hubiese utilizado los medios económicos de un país saneado en ese aspecto para mejorar una situación de lamentable discriminación, medios económicos que dable es decir, se componen en cierta medida de las riquezas de las colonias, oh cruel paradoja. Por eso desde aquí, desde un país con mucho para solucionar pero que igual se posiciona como una de las democracias más dignas de América Latina y del mundo, uno tiene la certeza que Nicolás Sarkozy no está a la altura de un gran estadista, para estarlo hace falta mucho más que una banqueta.-







martes, 18 de octubre de 2011

LA PALABRA QUE NO ESTÁ EN EL DICCIONARIO

No adjunto el vídeo. Pero lo vi. Yo que hace tiempo cierro los ojos o cambio el canal frente a escenas de ficción truculentas, hoy temprano en la mañana mantuve los ojos bien abiertos, mientras el alma y los sentimientos intentaban buscar explicaciones que sabía de antemano que no encontrarían. En ese vídeo que no adjunto, vi como una bebé china de dos años era atropellada por una camioneta que no se detuvo al verla (y esta conjetura de que la vio se fundamenta en todo lo que se observa después), le pasa por encima con sus ruedas delanteras, y tras un momento de duda, hace lo propio con las traseras. Tras esa escena en la cual todos los sentidos quedan jaqueados, vienen otras que muestran a unas cuantas personas, algunas caminando, otras en distintos vehículos que pasan al lado del cuerpito de la niña sin inmutarse, cuidado, no es que no la ven, la ven y siguen de largo, incluso hay otra camioneta que hace algo atroz pero ya no quiero seguir con el relato. Según dice la crónica que acompaña el video pasaron siete minutos antes de que una mujer intentara hacer algo con la bebé casi exánime. Luego se ve la desesperación de otra mujer que todo hace suponer que es la madre, la toma de la cámara de seguridad que captó todo lo ocurrido y las palabras apesadumbradas de un hombre, el adjetivo va por su gesto no por sus palabras dichas en mandarín. Hace tiempo he visto fotos sobre atrocidades cometidas contra bebés chinos, en especial niñas, la magnitud de la crueldad que mostraban me hizo pensar en aquel entonces, si no serían parte de una campaña anti-China. Hoy me quedó claro que no lo eran.
El diccionario no tiene una palabra para definir eso. Ni siquiera la unión de muchas pueden explicarlo. Una sociedad no es la suma de las maldades que cometen sus integrantes, por eso ninguna debe estigmatizarse por el comportamiento de unos cuantos... sin embargo, uno no puede menos que preguntarse qué tipo de sociedad tiene entre sus ciudadanos comunes a esos que pasaron al lado de la niña omitiendo su ayuda e ignorándola... eran ciudadanos comunes y no delincuentes preparados para cometer el más vil de los crímenes.
Ojalá que las autoridades chinas tan propensas a castigar inocentes en juicios sin garantías, puedan hacer algo con todos los que tomaron parte activa o pasiva en este asesinato. Pero claro que no será suficiente, remodelar un corazón humano y compasivo para este tipo de gente, llevará años y más años.-
Aloma Sellanes

domingo, 16 de octubre de 2011

EN UN MUNDO MEJOR



Hacía tiempo que con mis niñas no íbamos juntas al cine. La noche de sábado de novios ausentes lo hizo posible. La elección estuvo un tanto debatida pero En un mundo mejor fue la escogida. El horario de la función, 22.30, y la duración, 2 horas, me hicieron temer que, si no lograba ser sólida en acaparar mi atención, terminaría durmiéndome. Nos habíamos propuesto cenar antes de ver la peli, pero como nos sucede generalmente, se nos hizo tarde y convinimos en dejar la cena para después que terminara.

Pero más allá de lo que habíamos supuesto, no vimos una película, nos enfrentamos a una obra maestra. Una obra que abofetea más de lo que abraza, prolífica en cuestionamientos y disparadora de intentos francos por encontrar respuestas. Un testimonio directo de lo arduo y peligroso que resulta en este mundo, pretender ser practicante activo de la no violencia. Y mientras el protagonista principal pone una mejilla y la otra e intenta predicar con el ejemplo, uno de los niños-adolecentes aprende desde pequeño a cambiar golpe por golpe, sumergiéndose en un espiral sin retorno, en el que la violencia será capaz de engendrar más violencia.

Viajamos entre la venganza (ese es el título del film en el idioma original) y el perdón de la bien ordenada realidad danesa, a la cruda y lascerante contemporaneidad africana, con escenas que llevan a cerrar los ojos porque la mirada no admite ni el corazón tolera tanta crueldad, que para todo infortunio, si forma parte de la ficción es porque la realidad la alimenta. La desesperada pregunta de cómo es posible que sucedan tales cosas, no tiene otra respuesta que un enorme caudal de impotencia, también desesperada.

Sobre las actuaciones baste decir que no hay ni un solo desacierto y que si me encontrara por ahí a los protagonistas más jóvenes, nadie podría convencerme que no estoy frente a Elias y Christian.

Cuando termina, cuesta levantarse. Mientras una banda de sonido, acorde a las virtudes de toda la película, nos invita a retirarnos, el físico obedece no muy convencido, mientras la conciencia va a seguir por mucho tiempo interpelada.

No sería mala idea que fuera una película que se debatiera en distintos ámbitos, entre ellos y con énfasis, los educativos.

Fue reconfortante haberla visto con mis hijas. Eso sí, la cena nos quedó pendiente, el apetito se esfumó después de semejante intensidad.-

Aloma Sellanes

miércoles, 4 de mayo de 2011

NOBEL DE LA PAZ: OBAMA, SÍ... GANDHI, NO

No tuvo sentido cuando se lo entregaron, imposible entender cómo se otorgaba un reconocimiento, nada menos que el Nobel de la Paz, a un hombre cuyos méritos estaban lejos de ser probados, quien en el mismo momento en el que estaba siendo distinguido, daba la orden de que miles de tropas norteamericanas fuesen a engrosar las fuerzas ocupantes en Afganistán. De los muchos errores e injusticias que pueden haber cometido la academia sueca y el comité noruego, éste debe calificarse como inadmisible. Algunos sumamos a la incredulidad por el otorgamiento, la esperanza de que en un acto de humildad, sensatez y dignidad, el primer presidente afro-estadounidense declinara aceptar el premio, pero no lo hizo, balbuceó que habría personas con mejores antecedentes que él para recibirlo, pero lo agarró fuerte entre sus manos y se lo llevó. El tiempo transcurrido, lejos de justificar aquella distinción, ha aportado más fundamentos en su contra. El último, el asesinato de Bin Laden en Pakistán. Después de diez años de perseguirlo (lo que habla de no demasiada eficiencia, pero ese es otro tema), lo encontraron. Estaba desarmado pero se resistió (¡¿con qué?!) y lo acribillaron, su cuerpo quedó en tal estado que dudan si mostrarle al mundo las fotos de su cadáver. Como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el principal responsable de la operación fue el presidente Barack Obama, quien se ocupó de mostrar su regocijo por el hecho a su país y al mundo. Los que pretendemos un estado internacional de derecho, justicia y respeto por los más altos valores humanos, no nos regocijamos, lejos de reivindicar las atrocidades que pueda haber cometido el líder saudí, pretendíamos que fuera juzgado con todas las garantías, dando una muestra de civilidad indispensable. Si miles de inocentes murieron en los atentados del 11-S, ¿cuántos han muerto en la invasión de Afganistán en busca de Bin Laden y cuántos en Irak por el peligro de las armas que nunca existieron? Recuerdo a un niño de unos cinco años o menos, sonriendo en una cama de un hospital de Bagdad, sin piernas y sin brazos, los había perdido después de una incursión norteamericana. Los que estamos contra ese horror, ¿cómo hacemos para que paguen los responsables? Que bueno sería que el premio nobel de la paz 2009 (sí, con minúscula) diera una respuesta y junto con ella devolviera el galardón que nunca mereció.-

lunes, 28 de febrero de 2011

LA PROCLAMA DE MERCEDES - Lo mejor de José Artigas

La estudié cuando cursaba el segundo año de Preparatorios, lo que equivaldría al 6º de Bachillerato en estos días, que la haya conocido recién entonces no sé si habla mal de los profesores que debieron enseñármela antes y no lo hicieron o de cierta desidia mía en no haber reparado en ella debidamente; me inclino por lo segundo. Corría 1977 y en Uruguay no teníamos libertad, se la había engullido un grupo de penosos soberbios ignorantes que, como todos los dictadores creyeron estar por encima del resto de los mortales.

Hoy, en medio de la polémica que se ha instalado sobre cuáles acontecimientos deben ser tomados en cuenta para la celebración de los 200 años de nuestra Historia, me parece que sería importante poner de relieve y ser muy enfático en esta proclama que Artigas lanzó en Mercedes, en abril de 1811. Para que los que amamos la libertad la tengamos siempre presente y para que aquéllos que no la aman tanto, no cometan el desatino de atentar contra ella.

A la empresa compatriotas que la victoria es nuestra, vencer o morir sea nuestra cifra y tiemblen, tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo sin advertir que los americanos del sur están dispuestos a morir antes con honor que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio.