martes, 18 de octubre de 2011

LA PALABRA QUE NO ESTÁ EN EL DICCIONARIO

No adjunto el vídeo. Pero lo vi. Yo que hace tiempo cierro los ojos o cambio el canal frente a escenas de ficción truculentas, hoy temprano en la mañana mantuve los ojos bien abiertos, mientras el alma y los sentimientos intentaban buscar explicaciones que sabía de antemano que no encontrarían. En ese vídeo que no adjunto, vi como una bebé china de dos años era atropellada por una camioneta que no se detuvo al verla (y esta conjetura de que la vio se fundamenta en todo lo que se observa después), le pasa por encima con sus ruedas delanteras, y tras un momento de duda, hace lo propio con las traseras. Tras esa escena en la cual todos los sentidos quedan jaqueados, vienen otras que muestran a unas cuantas personas, algunas caminando, otras en distintos vehículos que pasan al lado del cuerpito de la niña sin inmutarse, cuidado, no es que no la ven, la ven y siguen de largo, incluso hay otra camioneta que hace algo atroz pero ya no quiero seguir con el relato. Según dice la crónica que acompaña el video pasaron siete minutos antes de que una mujer intentara hacer algo con la bebé casi exánime. Luego se ve la desesperación de otra mujer que todo hace suponer que es la madre, la toma de la cámara de seguridad que captó todo lo ocurrido y las palabras apesadumbradas de un hombre, el adjetivo va por su gesto no por sus palabras dichas en mandarín. Hace tiempo he visto fotos sobre atrocidades cometidas contra bebés chinos, en especial niñas, la magnitud de la crueldad que mostraban me hizo pensar en aquel entonces, si no serían parte de una campaña anti-China. Hoy me quedó claro que no lo eran.
El diccionario no tiene una palabra para definir eso. Ni siquiera la unión de muchas pueden explicarlo. Una sociedad no es la suma de las maldades que cometen sus integrantes, por eso ninguna debe estigmatizarse por el comportamiento de unos cuantos... sin embargo, uno no puede menos que preguntarse qué tipo de sociedad tiene entre sus ciudadanos comunes a esos que pasaron al lado de la niña omitiendo su ayuda e ignorándola... eran ciudadanos comunes y no delincuentes preparados para cometer el más vil de los crímenes.
Ojalá que las autoridades chinas tan propensas a castigar inocentes en juicios sin garantías, puedan hacer algo con todos los que tomaron parte activa o pasiva en este asesinato. Pero claro que no será suficiente, remodelar un corazón humano y compasivo para este tipo de gente, llevará años y más años.-
Aloma Sellanes

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