Una banalidad
bastante repetida, “todos queremos ser rubios y de ojos celestes,” pues cuatro
de los hombres que más le dieron al mundo en las últimas décadas han distado
mucho de serlo. Por tener el atisbo de una pizca de su espíritu y su intelecto
cambio ojos y pelo (ahora medio gris, advierto)
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