NO EN MI CASA
Ante la condena a muerte de un futbolista iraní
Al mediodía
del domingo, mi tv quedará así, a oscuras y en silencio. Alguna vez los humanos
tendremos que parar cuando alguna atrocidad ocurre en cualquier punto del
planeta. A Amir, jugador de fútbol
iraní,lo quieren matar porque protestó a favor de los derechos de las mujeres
de su país, a todas vistas, inexistentes. Baste recordar que la ola de
protestas comenzó cuando asesinaron a la joven Masha Amini por llevar el velo mal colocado.
Sería un acto digno y de profunda humanidad que la pelota dejara de rodar este domingo. Pero como es muy difícil que eso ocurra, por lo menos en el reducido espacio de mi casa, no rodará.
Mi conciencia de hoy coincide con la que en el 2008 me llevó a no ver un solo instante de las Olimpiadas de Beijing, como respuesta a la represión del momento y a la larga opresión del régimen chino contra los tibetanos.
Lamento que
mi obrar sea tan insignificante, ante estas crueldades y muchas otras. Me
pesará siempre la impotencia de no haber podido hacer más.
Aloma Sellanes
17/12/22
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