jueves, 22 de diciembre de 2016
viernes, 16 de diciembre de 2016
ALEPO - EL MUNDO DEBE PARAR
A veces cuando uno habla del dolor de los otros puede pensarse que es un dolor virtual, no auténtico, un dolor cómodo que se deja ir sobre un papel con la tinta de una lapicera o se tipea sin sobresaltos en el teclado de una computadora. Tal vez haya algo de cierto. El sufrimiento de los que están lejos no altera nuestras actividades, no modifica nuestras agendas, no trastoca nuestros planes. Sentirse un puntito intrascendente en el mar de 7 mil millones de seres tiene sus ventajas, pone a resguardo de hacer, justifica el silencio, fomenta la dedicación a actividades banales que alivian de antemano cualquier dolor de cabeza.
Por todo eso… ¿será real mi sentimiento de dolor por Alepo? ¿Será verdadero mi llanto desconsolado de ayer, sola, frente a una pantalla que me mostraba mensajes de habitantes de la devastada ciudad siria despidiéndose? ¿Será tan poderoso mi ego que solo busco reunir unas cuantas palabras acertadas para que un puñado de gente me diga que escribo bien? ¿Seré tan abyecta? ¿Es posible la empatía con gente que nunca he visto y con la que seguramente tengo muy poco en común?
¿Poco en común? ¿Qué gran diferencia puedo tener con las madres que ya no saben cómo impedir que las balas malditas les arrebaten a sus hijos? ¿Qué distancia inabarcable puede separarme de las abuelas que ya no pueden ver los juegos felices de sus nietos?... Estas comparaciones con las que me involucro podrían hacerse más amplias y así comparar los sentimientos de padres, novias, hermanos, esposas, tías, amigos… humanos, los sentimientos de todos los humanos de allá con los de los humanos de acá… hasta concluir que en común, tenemos todo.
Por eso, habría que parar el mundo. Detener todo en todos lados. Permitimos ya varios genocidios… ¿cuándo va a llegar el tiempo en que pongamos toda nuestra fuerza en que no haya ni uno más? Hay que concertar un paro general del mundo, que el día en que la Tierra se detuvo deje de ser un título cinematográfico, y pase a ser la reacción sin precedentes de todos los humanos frente al cruel ataque a un pueblo. Hoy podemos, como nunca antes, lograr que las ideas corran a ritmo de vértigo… entonces podríamos unirnos para que un planeta estático y en vigilia espere que el silencio de la paz venza al tronar de la guerra. Que paren todos y que en primera línea estén los ciudadanos de los países más poderosos, principales, aunque no únicos, responsables de esta situación desesperada, de este caos incontrolable. Que paren todos y que quienes no lo hagan sientan el peso en sus conciencias de haber traicionado a la humanidad.
Y acomodo un verso de un poeta de estos rumbos: fuera locura, pero hoy lo haría. Si todos los muertos inocentes fueron obra de la sensatez, es hora de volverse un poco locos e intentar transformar la realidad con actos extremos de solidaridad y compasión. Por la vida en Alepo. Por la vida.-
Aloma Sellanes
15/12/16
lunes, 10 de octubre de 2016
EL MÍSERO PRECIO DE LA NECESIDAD
Sería bueno que ninguna circunstancia económica obrara como
justificativo para que un gobierno de un país democrático se viera obligado a
entablar relaciones de dependencia con un régimen tan fuerte económicamente como
irrespetuoso de las libertades y los derechos de quienes no aceptan su dogma
político.
El presidente de la República Oriental del Uruguay viaja hoy hacia
China junto con cuatro ministros, varios asesores, dos dirigentes sindicales y
un número importante de empresarios. El país está ávido por conseguir recursos
económicos y el gigante asiático resulta seductor, ya es el principal socio
comercial y para muchos un tratado de libre comercio sería altamente
beneficioso en los magros tiempos que corren.
Por los bolsillos rotos de los trajes gubernamentales, por donde se
han escurrido las monedas que supieron ganarse generosamente hace poco, en días
propicios para los productos que ofrece el país, se escurren también los
principios, las convicciones, las defensas, las reivindicaciones. Los
demócratas uruguayos deberán estrechar las manos de los dictadores chinos (si
estos así lo quieren), manos cuyos pulgares están acostumbrados a girar hacia
abajo, llevándose en ese gesto los más elementales requisitos de justicia.
Saben los políticos, los empresarios y los sindicalistas que viajan, que
palabras como Tiananmen o Tíbet deben estar precisa y claramente excluidas del
vocabulario a utilizar, saben también que deben mostrarse como felices
ignorantes de la existencia de un número tan grande como desconocido de presos políticos,
disidentes que en actos de sumo coraje han intentado manifestarse de algún modo
contra un régimen totalitario y aniquilador. Tampoco hablarán por cierto, de
los atentados contra la naturaleza que está cometiendo China, y cuyas
consecuencias son y serán letales para toda Asia y también para el resto del
mundo.
Las arcas sedientas del erario público tienen la peculiar y triste
habilidad de hacer desaparecer los valores más preciados, porque de nada sirve decir que se los tiene sino se los defiende en la realidad. Por todo esto es
que cada día el mundo se vuelve un lugar más injusto y más mezquino… y más
seguro para los que pisotean los ideales del respeto, la tolerancia y la convivencia
pacífica. Y esto es obra de los abyectos y omisión de los que aparentemente no
lo son.-
Aloma Sellanes
10/10/16
sábado, 16 de julio de 2016
Lás lágrimas de oro de los niños chinos
Lágrimas causadas por el régimen. Un
régimen odioso, repugnante. Un régimen de una crueldad inusitada, inadmisible
en todos los casos, execrable contra los niños con extremos de los que ni
siquiera me animo a hablar sin derrumbarme, porque desde que tuve hijos todos
los niños del mundo tienen algo de los míos. Denunciar a estos perversos no es
una cuestión política, es una cuestión humana. Los derechos humanos se
defienden en todos los casos, quien defiende los de unos y hace caso omiso o
mira para el costado en los de otros, es un cómplice terriblemente peligroso,
porque selecciona a sus defendidos según sus filiaciones y deja indefensas a
otras víctimas en una actitud que si es consciente, es lisa y llanamente miserable.
Me
pregunto qué enarbola alguien que en una manifestación lejos de China flamea la
bandera roja con las cinco estrellas amarillas, quizás en el cenit de su
ignorancia crea encontrarse en un puesto de vanguardia del pensamiento y la
acción, cuando en realidad se está enlistando
junto a quienes ocupan los peldaños más bajos de la barbarie.
En el caso
concreto del video cuyo link compartimos más abajo, ¿no será capaz el Comité Olímpico Internacional de
impedir estos abusos aberrantes? ¿No podrá el COI implementar mecanismos como
para que haya un estricto respeto por la dignidad humana desde los primeros
albores de la competencia deportiva y como condición sine qua non para el
desarrollo de la misma? Preguntas tontas, el “prestigioso” comité distinguió a
China con la realización de los Juegos Olímpicos de Verano de 2008, y con los
próximos Juegos Olímpicos de Invierno de 2022.
¡Ay de
los supuestamente correctos que no hacen nada! ¡Ay de los que sepultan su
dignidad en lodos de corrupción y poder!
Aloma
Sellanes
16/7/16
https://www.facebook.com/ScoopWhoopNews/videos/507520599445139/?pnref=story
miércoles, 6 de julio de 2016
Una vida aún más larga, Su Santidad
Sin
fanatismo político o ideológico, despojada de toda devoción religiosa, celebro hoy
los 81 años de un simple monje, un líder espiritual, un premio Nobel de la Paz,
un referente para cientos de millones de personas en el mundo.
Tenzin
Gyatso, el XIV Dalai Lama del Tíbet hoy está de cumpleaños.
En un
mundo herido gravemente por una violencia que reina en lo individual y lo colectivo,
en un mundo embriagado por la codicia y el poder, en un mundo deglutido de a
poco por una corrupción tan devastadora como generalizada, resulta tan lógico
como necesario que se busquen ejemplos que tomen una distancia bien notoria de
estos males que parecen endémicos y decididos a conducirnos a un inexorable
final. Por eso cuando se encuentra a alguien que puede servir de guía, como el
Dalai Lama en mi caso, por un lado aparece una sensación de alivio, se recupera
la confianza y se experimenta cierto regocijo al pensar que otra realidad es
posible. Pero por otro lado, al estar en una situación límite, es impostergable
realizar una auto interpelación estricta,
sobre si el ejemplo elegido es un humano fuera de serie o un espejismo creado
por la constatación desesperada de que está casi todo perdido.
A lo
largo de estos años me he cuestionado varias veces y no he encontrado razones
que me lleven a dejar de respetarlo y admirarlo. Es más, tengo la certeza que
si siguiéramos su prédica y sus acciones coherentes con su prédica, podríamos
empezar a modificar estos días grises, caóticos y desesperanzados que vive la
humanidad.
Su
Santidad el Dalai Lama, usted ya ha tenido una vida larga, por eso el pedido es
que viva una vida más larga aún y se quede por acá un buen tiempo más, la tarea
de mejorar nuestros comportamientos es dura y sumamente difícil, pero tal vez
usted pueda conseguir algo en su intento tenaz por lograr que nos tomemos con seriedad ese desafío.
¡Feliz cumple! como decimos por acá.-
Aloma
Sellanes
6 de
julio de 2016
p.d.: Ilustro
esta reflexión con una foto de un momento inolvidable, tal vez sería más
humilde de mi parte, no hacerlo y buscar
otra... todavía no aprendí bien que el ego molesta demasiado y aferrarse a él es
una mayúscula estupidez. Pero gracias al simple monje tibetano, ahora lo tengo claro, sólo me falta -y no es poco- actuar en consonancia.
sábado, 25 de junio de 2016
Hacia vos todos los insultos
Todos
Desde los que digo a menudo
cuando algo me sale mal
Hasta los soeces por demás
que nunca me surgen
Te insulto por ser única en el arte de separar
Te maldigo por tu culpa
de hacernos vivir siempre expuestos a alguna orfandad
A vos, desgarradora indecente
te querría enfrente
para embestirte con toda mi bronca
y toda mi rebeldía
A vos, hija infame de un dios indigno
te querría enfrente
para atropellarte con una locura endemoniada
sabiendo que no te puedo derrotar
A vos, zarpazo vil a la felicidad
A vos, muerte
No te dejo de insultar
Aloma Sellanes
24 de junio de 2016
domingo, 5 de junio de 2016
domingo, 1 de mayo de 2016
miércoles, 20 de abril de 2016
NUESTRA ACCIÓN
Estos
días la naturaleza se está expresando de forma airada en distintas partes del
planeta. Un fuerte terremoto en Ecuador con doloroso número de víctimas
mortales, otro en Japón, tan castigado últimamente; un tornado en Uruguay donde
los vientos redujeron casi a escombros buena parte de una ciudad del interior
del país, el que también está sufriendo, al igual que Argentina, inundaciones
de enorme magnitud.
Muchos
ven en estas manifestaciones naturales, castigos que el ser humano merece por
sus actos inadecuados y muchas veces violentos, contra el ambiente en el que
vivimos. Otros, indican que catástrofes naturales han habido a lo largo de toda
la historia.
Lo
cierto es que, más allá de nuestra incidencia puntual en estos últimos
acontecimientos trágicos, nuestro comportamiento en el planeta dista mucho de
ser el admisible. A nivel individual, no siempre tenemos conciencia de que
pequeños actos pueden ser atentatorios contra el hábitat que todos compartimos.
A nivel colectivo, muchas veces nos permitimos conductas al amparo de la masa
que son, lisa y llanamente, agresivas. Pero sin dudas, es a nivel de las
grandes corporaciones, en su carrera
desaforada de acumulación de ganancias, de las grandes multinacionales
despojadas de toda ética, que encontramos a los mayores responsables de los
daños que, en muchos casos irreversibles, se le están causando al planeta. Desprecio
y condena hacia los gobiernos que por acción u omisión, se vuelven actores o
cómplices de estos atentados.
Por el
bienestar de todos, y sobre todo por la existencia misma de las generaciones
futuras, tendríamos que valernos de la decencia, la indignación y el coraje
necesarios como desactivar a esos monstruos voraces movidos a impulsos de una
maquiavélica codicia. Cada uno de nosotros debería preguntarse si, incluso sin
advertirlo, algunos de nuestros comportamientos no alimentan a esos gigantes
cuyos pasos aplastan la dignidad humana y la posibilidad de un porvenir viable
para los seres humanos que vendrán después que nosotros, a quienes no debemos
ver como seres lejanos, son nuestros hijos, los hijos de nuestros hijos, y así
sucesivamente.
Se ha
llegado a un punto donde el verbo más alabado es POSEER. Se lo ha colocado en
un altar profano, ha pasado a ser un verbo de culto; por poder conjugarlo en
primera persona, no importa traspasar la
barrera de lo ilegal, se anda a los abrazos con la corrupción, y se atenta
contra un planeta maravilloso y el resto de sus habitantes, inocentes criaturas
que jamás serían capaces de abusar de él. Nos creímos el cuento de animales
superiores que nosotros mismos inventamos, cuando en realidad hay acciones de
muchos de nuestra especie que nos colocan en el último escalón, oscuro, muy
oscuro.
El
margen de tiempo cada vez es más chico y cada vez más impostergable que se
refuerce la acción de una conciencia colectiva tan ética como bondadosa. Cada
uno de nosotros es una célula que puede tener incidencia en el comportamiento
de todo el organismo. Pensemos que las acciones dignas que hoy realicemos serán
las que harán viable la llegada de nuevos humanos a este mundo después que nos hayamos ido.
Alejémonos de quienes ocupan ese último escalón y busquemos el ejemplo de aquellos
que han honrado a la especie con palabras y procederes que bien pueden servirnos
de guía.
Es
cierto que los monstruos son muy difíciles de derrotar. Pero cada uno de ellos está
formado por infinidad de pequeñas células. Si cada una se rebela tal vez
podamos lograr el gran estremecimiento que coloque a la humanidad en un eje de
bondad donde lo único que importe poseer, sean los altos valores intangibles
pero enaltecedores, capaces de poner como prioridad el respeto por el planeta,
por los demás y por nosotros mismos.-
Aloma
Sellanes
19/4/2016
miércoles, 13 de abril de 2016
Galeano
Y un
día, hace hoy 365 soles, o 366 para adherirse a exactitudes matemáticas que
poco le interesan a la literatura, el hombre que hacía con las palabras,
envidiables juegos, se escabulló de la vida entre el humo y quienes lo leían se
quedaron huérfanos, porque siempre hay escritores para recurrir, pero hay
orfandades que no las curan ni las más portentosas y soberbias bibliotecas.
Hoy la
ciudad amaneció con el humor de una lluvia medio prepotente, medio airada, será
porque anda en su busca desde hace un año y sin él, como mucha gente, se siente
expugnable y desamparada… tal vez como esa misma gente sienta que se ha quedado
sin voz, al quedarse inmóvil para siempre la mano que tanto fue y vino por
papeles de variado talle.
Usted escribió
hace tiempo que a los muertos se los trae cuando se los nombra, pues bien, lo
nombro, lo nombran, lo nombramos, Eduardo Galeano.-
Aloma Sellanes
13 de abril de 2016
sábado, 9 de abril de 2016
LA DUDA
La noticia
del alejamiento temporal, aunque bien podría ser definitivo, de Julio Bocca de
la dirección del Ballet del Sodre ha causado un gran impacto en el país, poco habitual
tratándose de un hecho que tiene que ver con una actividad cultural y aún más inaudito
cuando se trata del arte de la danza, considerado de interés exclusivo de las
élites, por muchos.
En un
país en el que el fútbol y especialmente los futbolistas se han convertido en
el principal disparador de debates y discusiones, que un bailarín de ballet
esté por un momento en la mira, no deja de ser sorprendente.
Hasta
se ha llegado a iniciar una campaña de firmas para pedirle a la ministra de
Educación que haga todos los esfuerzos para que Bocca no se vaya.
No cabe
duda que la dimensión que el director argentino le ha dado al ballet nacional
hubiese sido casi imposible de lograr sin su gestión. El posicionamiento
internacional de la compañía y la respuesta del público a las presentaciones
son la expresión más contundente del éxito logrado.
¿Cómo
entonces no hacer el mínimo esfuerzo de sumar una firma para intentar que un
verdadero genio continúe iluminándonos con su arte?
Aquí la
duda.
Antes de
colocar la inicial que sirve para que se desplieguen todos mis datos y con un
solo click, convertirme en parte de la campaña, me asaltaron algunos
comentarios que podrían resumirse en una frase: “Julio Bocca trata muy mal.”
¿Es
así? Y si realmente lo es ¿por qué? La compañera ideal de un talento
inigualable siempre debería ser una humanidad sin ambages, y hacer gala de una
exigencia implacable no convertirse en sinónimo de destrato y crueldad, siendo
esto válido para todo ámbito y toda circunstancia. Y bajo concepto alguno
debería aceptarse que un humano, aunque brillante, humille a otro humano, so
pretexto de que lo está ayudando a sacar lo mejor de sí mismo. Y eso vale para
el que trabaja aquí, en este rinconcito poco conocido del mundo, como el que lo
hace en donde las luces iluminan con singular esplendor. No deberíamos perder
más tiempo en erradicar de la faz de la tierra, la cultura de la competencia
feroz.
Para
transferir los conocimientos a los demás, la mayor exigencia, sí, pero unida a
la compasión y a la empatía. El destrato nunca debería ser una opción válida ni
el talento brindar impunidad a excesos dictatoriales.
La
página sigue abierta. Quiero excelencia. No quiero, mortificación.-
Aloma
Sellanes
9/4/16
sábado, 2 de abril de 2016
LOS ÁNGELES HUMANOS
Existen.
Andan alrededor y generalmente uno no repara en que lo sean. La idea que
absorbemos desde chicos es la de esos ángeles etéreos, invisibles, intocables,
que están cerca de nosotros por si alguna torpeza propia o amenaza externa
pudiera ponernos en peligro. Pero lo cierto es que, sin menoscabo de la
existencia de estos ángeles con patentes
celestiales, hay otros que están cerca, y son bien tangibles. Lejos de la
perfección y de cualquier atisbo místico, interactúan con nosotros con sus
humanas características, plenas de virtudes pero no exentas de defectos. Si
siempre nos es grata su presencia, hay momentos en los que su compañía se
vuelve imprescindible. Son los momentos en los que hechos que no hubiésemos
querido que nos sucedieran, vienen a jaquear nuestras vidas, dejándolas tan
indefensas como un junco tierno y débil en medio de una tempestad. Es en ese
preciso instante en que estos ángeles humanos se ponen al lado nuestro, y con
palabras, con silencios, con abrazos, o simplemente con su presencia, nos hacen
sentir que no estamos solos, que ellos están dispuestos a echarnos todas las
sogas para rescatarnos, incluso hasta relegando sus propios problemas, sus
propias preocupaciones, sus propias tristezas.
Y más
allá de las veleidades que rigen nuestra humana condición, su ayuda, su apoyo y
su protección los harán dueños de un lugar en nuestro corazón para siempre.
Si
todos pudiéramos convertirnos en ángeles humanos, limitaríamos de un modo significativo
el sufrimiento, haríamos al dolor más vulnerable y pondríamos a la felicidad
más a salvo de tantas amenazas y tantos desencuentros. En lo personal, voy a
ver si puedo, a lo largo de mi vida he tenido grandes maestros y ahora mismo
cuento con algunos insustituibles. Tiempo de imitarlos o por lo menos, de poner
todo de mí en ese intento.
Aloma
Sellanes
23 de
diciembre de 2015
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