viernes, 17 de octubre de 2025

 

 LA SIGLA QUE CREARON LOS MÉDICOS DE GAZA: WCNSF

Wounded Child No Survivor Family

Niño Herido Sin Familia Sobreviviente

¿Puede alguien leer eso sin que se le erice la piel, sin un instinto compulsivo a cerrar los ojos, sin la necesidad utópica de abrazar a esos chiquitos? 

Sí, muchos pueden. Los monstruos inhumanos responsables de que esto ocurra (aún no se puede hablar en pasado) los ejecutores directos y los asesinos que dan las ordenes, más los cómplices que pululan alrededor del mundo.

¿A quiénes más no les importa?

El profesor estadounidense de origen judío, Norman Finkelstein, afirma categórico que a la sociedad israelí no le importa. Que la crueldad mostrada por Netanyahu y sus ministros más extremistas, no es parte de una burbuja disociada del pensamiento y sentimiento del resto de los israelíes, es lo que, en un alto porcentaje, ellos quieren: el exterminio de los palestinos, sin importar edades, condiciones, profesiones… lo mismo da un bebé, un periodista, una embarazada, un médico.

Pero hay más… y no precisamente israelíes.

He visto con incredulidad, con estupor, con dolor y con impotencia, a muchas personas ser absolutamente incapaces no ya de condenar la barbarie de Israel en Gaza, sino de decir la mínima palabra, o incluso, de buscar todo tipo de excusas para justificar su silencio o su vista a un lado frente a los crímenes más atroces.  

Hamas es uno de los argumentos más usados. Como si no se pudieran condenar todas las crueldades, como si solo fuera absolutamente repudiable el ataque a civiles del 7/10, pero los asesinatos del Estado de Israel anteriores a esa fecha y el genocidio posterior fueran admisibles.

Para justificarse, otros traen a colación calamidades provocadas por humanos deleznables en otras partes del mundo, con la intención de desestimar y/o menospreciar a quienes han tomado la defensa de la causa palestina con determinación y ahínco. Da la impresión de que más allá de esa intención de buscar excusas, no tienen otra, lo que es una pena. Cada uno de nosotros debería abrazar de algún modo causas que deben ser defendidas para que los pueblos que sufren tamañas vejaciones no se sientan tan excluidos, abandonados y solos.

 Hace años escribí como motivo de mi página pro-Tíbet:  la opresión de un pueblo hace menos libres a todos los pueblos del mundo. Califica perfectamente para Palestina. El atropello y las flagrantes injusticias de los poderosos contra los débiles nos dejan a todos casi tan huérfanos y tan vulnerados como esos niños que sin padres y sin familia deben enfrentar sus pequeñas vidas en el escenario más abyecto y macabro que se pueda imaginar.

Aloma Sellanes

Octubre 17, 2025

                                                           


martes, 16 de septiembre de 2025

SÍ, ES GENOCIDIO

 


Y claro que también hay que sumar a los miles y miles de mujeres y hombres palestinos inocentes que durante décadas han caído por la voraz ambición del Estado de Israel. Y cuidado, no olvido a los niños y adultos israelíes inocentes muertos el 7 de octubre del 23. Porque no se trata de preferir crueldades, sino de aborrecerlas todas. (Para pensar: ¿qué papel jugó Netanyahu en esos ataques?)

Hoy la Comisión Investigadora de la ONU ha determinado que es genocidio lo que se comete en Gaza. Tarde, muy tarde. Cientos de miles de testimonios y de imágenes después, ha llegado a la conclusión.

Si no detenemos esta barbarie, si no paramos a los que ejecutan este genocidio y a los que comulgan con él, llegaremos al exterminio total de la población gazatí, pero Gaza no será lo último y el mundo, ya no como dijo Gandhi, ojo por ojo y se quedará ciego, sino que por el odio y la codicia de los más poderosos irá perdiendo toda expresión vital hasta desaparecer.  

Aloma Sellanes

Setiembre 16, 2025

domingo, 7 de septiembre de 2025

domingo, 31 de agosto de 2025

martes, 5 de agosto de 2025

LA CULTURA TIBETANA DE LA NO VIOLENCIA


¿Por qué abrazar la causa del Tíbet? La abracé hace muchos años porque se dieron una serie de hechos, coincidencias y causalidades que me mostraron con absoluta nitidez el drama del pueblo tibetano. Su falta de libertad, la inexistencia de justicia, la pérdida de su tierra, las mentiras para justificar la usurpación, la represión y el dominio. Aunque en la última década del siglo pasado y en la primera de este, fue un conflicto visible y captó adherentes y defensores, ante tantos horrores nuevos y aunque lejos esté de resolverse su dura peripecia, la causa del Tíbet ha ido tornándose cada vez menos conocida hasta volverse, salvo algún toque de atención demasiado breve, soslayada.

En tiempos tan oscuros y desoladores como los que estamos viviendo, la cultura tibetana de la no violencia aparece como el faro que pudo habernos guiado hacia otros destinos, si se hubiese asimilado su mensaje de respeto, empatía y compasión por parte de una comunidad internacional, a veces timorata, a veces impotente y a veces cómplice. No la presento como algo perfecto porque, de hecho, aun compartiendo totalmente su pacifismo, hay otros temas con los que no comulgo, pero poco importa mi posición, cuando de lo que se trata es de buscar los caminos que nos alejen de todos los que creyéndose superiores, se adjudican el derecho de decidir quien vive y quien muere. Dentro de la cultura tibetana no germinarían las semillas de la codicia y el odio que hoy engullen de la manera más vil y abyecta, la vida de miles y miles de inocentes.

Parece que ya no estamos a tiempo de revertir la desoladora realidad que algunos monstruos han creado. Sin embargo, debemos seguir buscando luces que nos permitan salir de esta horrible oscuridad. No cejemos en ese intento. La cultura tibetana de la no violencia es una de ellas.

Aloma Sellanes   

Agosto 5, 2025

 

                                   Abril 2008. Protesta contra los JJ.OO Beijing. Bs.As.

miércoles, 30 de julio de 2025

La crueldad de los cobardes

 

Nunca he visto como ahora, la crueldad expuesta de un modo tan abierto, tan obsceno, tan impúdico. Gobernantes sádicos y repugnantes, por decir lo mínimo, en el pináculo de su soberbia ignorante y malvada, burlándose de humanos con discapacidades, dejando en el desamparo la dignidad de trabajadores de toda la vida, separando niños de sus familias, ya sea para dejarlos huérfanos de su cultura o por tratar a sus padres como delincuentes, cazando a seres humanos como en los tiempos de la esclavitud, sancionando con dedo acusador a un lado y a otro porque aquello que no les pertenece, no debe existir, admitiendo y propiciando la muerte de miles y miles de inocentes en guerras creadas para satisfacer el dominio, y en un caso concreto, llamando guerra lo que es genocidio.

El silencio no puede ser una respuesta. Si no nos mueve la misericordia, como debería ser, que al menos sea el espejo el que nos haga entender que los crímenes contra semejantes que estamos viendo hoy, bien pueden cometerse contra nosotros mañana. 

Hubo un tiempo en el que yo escribía sobre otras cosas. Pero hoy no me sale. Mis letras y mi voz son inaudibles, pero es lo único que tengo para que mi conciencia, aun con interrupciones, me permita el sueño en las noches.  

Aloma Sellanes

27/7/25

    

miércoles, 16 de julio de 2025

miércoles, 18 de junio de 2025

PARA QUE VUESTRA VIDA VENZA

 Les canto una canción de cuna, mis niños

Para que nada los aturda, para protegerlos

Una nana a la que la miel envidie su dulzura 

Tan bella como el silencio

Y tan mágica que ahuyente el dolor del hambre

y el terror a la violencia, cuando despierten

una canción de cuna que no permita lágrimas

que no sean por un juguete que se ha roto

 o por un berrinche breve  

Les canto para que los horribles monstruos cobardes 

No puedan llegar nunca hasta Uds

La mayoría del mundo, aunque sea insuficiente,

Quiere cantarles, mis niños

Abrazándolos bien fuerte

para que puedan crecer

lejos del odio, muy lejos  

les canto una nana, chiquitos

para que vuestra vida venza


aloma sellanes

Junio 18, 2025


Este poema es para los niños de Gaza. Es para los niños de Gaza que tanto y tanto están sufriendo, pero en honor a ellos, ningún niño del mundo queda fuera.


domingo, 15 de junio de 2025

 No es ser tremendista, no es ser dramático, ni endiabladamente pesimista. En estos días, la felicidad propia tiene un velo de tristeza inevitable, por lo que otros humanos están sufriendo en otras partes. Aunque nada podamos hacer, permanecer indiferentes no es admisible. Y cuidado, no pensemos que la lejanía de la tragedia, nos pone a salvo. 

Aloma Sellanes

 Junio 15, 2025

viernes, 13 de junio de 2025


 Y estoy hablando como siempre y en primer termino de los niños. Pero no solo de ellos

as

martes, 20 de mayo de 2025

 

LOS NIÑOS DE GAZA

¿Qué palabras digo? ¿Cómo puede ser necesario tener que argumentar que a los niños no se los toca? Se les respeta su inocencia, su vulnerabilidad, su incapacidad absoluta para defenderse de miserias, de crueldades, de violencias. Todos los niños deben ser intocables, todos, no hay excepciones. Sin embargo, hay seres que reúnen lo peor de todas las definiciones que los están masacrando y siguen adelante exultantes, ensoberbecidos por su poder militar que no es otra cosa que una repugnante maquinaria de cobardía que actúa contra seres inocentes, indefensos, que mueren por miles a causa de las bombas, del hambre, que mueren por carencia de medicinas, por ausencia de médicos que han muerto también víctimas de ataques viles.

Todas las reacciones son tardías, todo lo que escribamos llega a destiempo, todo resulta tan trágicamente insuficiente y el peso de la culpa por no actuar, es grande cuando no se puede e inconmensurable cuando no se quiere.   

¿Cómo puede entenderse que sea necesario implorar?:

DEJEN DE MATAR A LOS NIÑOS.

 ¿Cómo puede ser posible que los sigan matando?

Aloma Sellanes

20/05/25




viernes, 16 de mayo de 2025

AUSTERIDAD

 

 Ambos nacieron en el Río de la Plata, a mediados de los años 30 y acaban de despedirse del mundo con pocos días de diferencia, acaparando la atención del planeta. Elegí una foto de uno de sus encuentros, para ilustrar, pero la mirada global sobre ellos es de tal magnitud que ni siquiera debo sumar sus nombres.

Poco puedo añadir a las innumerables palabras que se han dicho y escrito, pero hay una, sumamente valorada, que me resuena como una de sus características fuertemente compartida: austeridad. Se la resalta una y otra vez, con uno y con otro, haciendo por demás evidente que, a una parte muy significativa de la humanidad le importa mucho que los guías en el terreno religioso/espiritual y los conductores políticos, hagan de la austeridad un sello distintivo.

Es entonces que me surge una pregunta cuya respuesta no obtengo con claridad: si tanto deseamos líderes austeros, ¿vivimos nosotros mismos en la austeridad? ¿Qué tan austeros somos? ¿Acaso no sería mucho más frecuente encontrar líderes austeros, si el común de los humanos hiciéramos de la abolición de los excesos una práctica constante? ¿Existe una suerte de incoherencia entre los conductores que pretendemos y las vidas que llevamos?

Obviamente mi pregunta no va dirigida a los más desfavorecidos, siempre condenados a vidas de privaciones, en las que las carencias son los únicos excesos que conocen.

Ojalá que la austeridad se convierta en algo más que una virtud a admirar y aplaudir. Que la convicción nos ayude a cultivarla.

Aloma Sellanes

Mayo 16, 2025




 


domingo, 27 de abril de 2025

jueves, 24 de abril de 2025

TAN SOLITA...


 

TAN SOLITA...

La primera imagen de esta mañana, dentro de esta semana en la que todo lleva a Francisco, ha sido la de una monja que, entre varias decenas de cardenales y otros funcionarios de la Iglesia, se introdujo en la capilla donde ha sido el primer velatorio del Papa, para tener un primer acercamiento con su amigo fallecido. Juntos se atrevieron a bastante, sortearon límites y en uso de su libertad eligieron ayudar, sin dejar lugar a la indiferencia. Pero no voy a ahondar en un tema sin duda de enorme trascendencia, simplemente trataré de escribir lo que sentí al ver a esa mujer pequeña en sus hábitos de monja, visiblemente jaqueada por el dolor de la pérdida, absolutamente sola… yo la sentí sola, y no pude contener el llanto, un llanto que me ha aflorado muchas veces en estos días, desde que me enteré, en este lado, tan al fin del mundo, que Jorge Bergoglio había muerto.

Pero vuelvo a ella, a esa mujer sola entre muchos, muchos hombres a quienes nadie les cuestiona el derecho a ser los únicos autorizados a estar al lado del cuerpo del Papa. Muchos, muchos hombres y ella, que casi tuvo que escabullirse dentro de un lugar en el que no debía estar, que no le correspondía y en el que, aunque no alcance, le permitieron permanecer. Tal vez cayendo en un error absoluto, se me ocurrió pensar que Francisco, de haber podido, hubiese ido directamente a abrazarla a ella en una demostración de su amistad y de su valía, y no a los muchos, muchos hombres que estaban allí en uso de uno de sus tantos privilegios. De modo más osado, pensé también que si está en otro plano que le permite saber lo que pasa en este, le debe haber pesado enormemente la carga de que las puertas que abrió para las mujeres dentro de una institución dirigida por hombres de un modo apabullante, en sus propias palabras: machista, son, a todas luces, insuficientes.

Ante esa imagen que mucho me conmovió y me perturbó esta mañana, yo, que ni hablo ni escribo utilizando un lenguaje inclusivo, sentí que cuando se habla de la máxima institución católica, y dejando de lado la etimología de la palabra y otras cuestiones lingüísticas, deberíamos decir el Iglesio y no la Iglesia, porque la preeminencia masculina es abrumadora e inapelable.

Más de una vez he escuchado con cierto estupor, y no siempre referido a la religión católica, una afirmación como para eximir de más comentarios y justificar lo improcedente:  Siempre ha sido así, forma parte de la tradición y la cultura. Craso error, inadmisible. Lo que está mal, lo que es injusto, se intenta cambiar aunque lleve siglos instaurado en el comportamiento y aun en las creencias de las mayorías, o, en realidad, en los privilegios de los que mandan.

Me pregunto si no será tiempo de que las mujeres católicas, tanto laicas como religiosas, con respeto, sin estridencias, pero con profunda firmeza y convicción empiecen a reclamar un protagonismo que les ha sido vedado históricamente. ¿Acaso no sería esa, la mayor contribución que le podrían hacer a la religión que profesan?

Al decir del que fue su principal líder durante doce años y hasta hace pocos días, “las mujeres resuelven y resuelven bien… tienen otra metodología, tienen otro sentido del tiempo, de la espera, de la paciencia, diverso al hombre, esto no hace disminuir al hombre, son distintos y tienen que complementarse”.  

Complementarse.

Complementarse.

Del accionar conjunto de mujeres y hombres de buena voluntad, creyentes o no, dependerá en gran medida la suerte futura de los seres humanos sobre la Tierra. Ya deberíamos tener bien claro que los privilegios, las exclusiones y las puertas cerradas solo nos conducen al peor destino. –

Aloma Sellanes

Abril 23/24, 2025

domingo, 6 de abril de 2025

MÚSICA, POEMAS Y DOLLY, LA ESPOSA DE ONETTI

 En un verano de hace ya muchos años, me sedujo la idea de hacer una presentación de música y poemas en un espacio cultural de La Floresta. El año anterior, había presentado allí La Historia Final, con muy buena asistencia y me pareció lindo repetirlo, aunque sin libro alguno para presentar. Como mis aliados para la parte musical, estuvieron los hermanos Nicolás y Emiliano Tchagayán quienes se las ingeniaron para dar un excelente concierto, a pesar de que el piano había decidido acogerse a los beneficios de la jubilación. Con la ayuda de un afinador y la capacidad de los chicos, el virtuosismo estuvo finalmente asegurado. A mí me correspondió elegir unos cuantos poemas para ir diciendo, creo que, de modo intercalado, entre los temas ejecutados por los pianistas, perdóneseme el olvido de algunos detalles. 

Uno de los poemas elegidos era Ya No, de la poetisa uruguaya, Idea Vilariño. Como muchos conocen, la célebre compatriota, mantuvo durante años una apasionada relación con el no menos célebre escritor Juan Carlos Onetti. Esa relación plena de encuentros y desencuentros, guiada por una pasión inmanejable que uno supone que estuvo lejos de brindarles una felicidad genuina, tiene en el poema mencionado uno de los epílogos más bellos y tristes que un amor pueda tener. Las desventuras de un amor, máxime si ocurren entre dos seres de trato sublime con las palabras, pueden subyugar la imaginación de cualquier simple mortal y alimentar los deseos de realizar un relato en el que el vuelo y la levedad se eleven hasta límites insondables. Dentro de ese contexto, había preparado yo la introducción a Ya No. Sería, probablemente, el momento que más podría llegar a conmover a la audiencia, al ponerse la poesía a tono con la intensidad emotiva de la música (algo que nunca se logrará, pero me permito la licencia)

Sin embargo, en los momentos previos a comenzar con la presentación, se acercó a mí una cálida señora que vivía en el balneario, con el fin no solo de saludarme, sino de presentarme a otra que, muy sonriente, me saludó con muchísima simpatía: “Ella es Dolly… la viuda de Onetti”. El impacto fue muy grande. Por un lado, me pareció maravilloso contar entre los asistentes a alguien tan íntimamente ligado a uno de los escritores uruguayos más  importantes y reconocidos; tenerla a ella, era, de algún modo, tener a Onetti. Pero, por otro lado, todo lo que tenía pensado decir sobre Idea y su amor por él, sobre la pasión, sobre el amor y el desamor, sobre Ya No, se hizo trizas en ese mismo instante. ¿Era acaso admisible que yo, sin arte ni parte, hiciera a las palabras volar para hablar de un amor que, seguramente esta agradable señora habría padecido? La más elemental empatía, me decía que no. Ninguna de mis palabras le hubiesen sonado a novedad, por supuesto, pero bajo concepto alguno podía generar en mi recién conocida Dolly, el mínimo disgusto o la mínima incomodidad. Las opciones que me quedaban era decir el poema eludiendo cualquier comentario inconveniente o no decirlo, aunque el programa estaba armado para incluirlo. En este momento y 16 años después de aquella jornada, no tengo del todo claro cuál de las opciones tomé. Sobre el escritorio está la cámara con la que se filmó buena parte del evento y numerosos casetes, uno de los cuales contiene lo que se vivió aquella noche. Pero la filmadora no funciona. No hay forma de que encienda y la necesito para reproducir la filmación. Las precisiones de lo vivido quedan en pausa.   

Toda esta breve historia, vino a mi memoria cuando me enteré que el pasado 21 de marzo y días después de haber cumplido 100 años, Dorothea Muhr, Dolly, falleció en Buenos Aires, teniendo como la faceta más conocida de su vida la de haber sido la esposa de Onetti durante cuarenta años y haber estado junto a él hasta su muerte en 1994. Fue una destacada violinista, pero ese aspecto se conoce poco. No tuve con ella otro contacto que el de aquel día de verano y ahora que ya no hay ninguna posibilidad y como me ha pasado con otros seres que se han ido, siento esa impotencia de no haberla buscado en alguno de mis viajes a la capital argentina y haber intentado un diálogo, que intuyo hubiese sido muy rico, con ella. 

Lecturas posteriores me han develado que Dolly (apodo que no le gustaba) conocía perfectamente lo que sucedía con Idea, y no solo con ella, si no también con otras mujeres que estuvieron alrededor de su talentoso marido. Por las pocas declaraciones que hizo sobre sí misma, aceptó casi sin reclamos el singular derrotero de su existencia. En la eternidad del reencuentro o de la nada, ya está junto al amor de su vida.

Aloma Sellanes

6 de abril de 2025


                                                                  Onetti y Dorothea 

lunes, 31 de marzo de 2025

la creación 

 

 

Creo conocer el momento exacto en el que el ser humano creó a Dios. Y sé que fue una mujer la que lo hizo. Una mujer que, al ser consciente de su finitud, se enfrentó al momento de hablarle a su hijo de la muerte. No pudo con la cruel verdad. Por eso inventó a Dios, los ángeles y el paraíso.

Aloma Sellanes 



domingo, 23 de marzo de 2025

MARITO

 

 

Hoy, la banda está de luto. La banda de chiquilines veteranos que se conoce desde los primeros años de la infancia, en unos casos, y desde los albores de la adolescencia, en otros, ha visto con inevitable dolor como se extinguía la luz de uno de sus muy amados miembros.

Y defino como luz, algo que con el correr de los años, al estar dentro del grupo hemos incorporado, algo que nos ilumina a todos y cada uno, y que, a su vez cada uno emana. Y no me refiero a una luz trascendental ni superior, simplemente a una luz que contiene, que nos cobija y que hace que cada poco tiempo nos reunamos para que nos alimente y en reciprocidad, alimentarla.

Después de cuatro meses de luchar en desventaja contra una enfermedad impiadosa, a la que enfrentó con encomiable dignidad y entereza, Marito, el botija flaquito e inquieto que conocimos en nuestra lejana infancia y el hombre bueno con el que compartimos tantos momentos de nuestra adultez, se ha convertido en  una luz diferente que siempre estará con nosotros hasta que nos reunamos con él,  en alguna de las eternidades posibles.  

Entre todo lo que nos brindó, Marito nos hizo conocer a Gra, su entrañable compañera hasta sus ultimas horas, a quien valoramos profundamente y abrazamos en este momento de profundo dolor.

¡Te queremos, hermano!     



                               Marito haciéndonos adiós. Su mano en alto y su mejor sonrisa

                                                   

viernes, 31 de enero de 2025

EL VERANO QUE NO BAILAMOS

 

EL VERANO QUE NO BAILAMOS

Hace muchos años que compartimos veranos, al punto que la unidad de medida temporal de nuestras amistades bien podría ser esa estación del año.  Nos vemos en otros días de los meses restantes, pero los encuentros, los verdaderos encuentros tienen como protagonista al estío.

Al tiempo que pasamos en la playa, se suma el que, durante muchas noches, nos convoca alrededor de la parrilla, y mientras arden los leños o el carbón, acumulamos anécdotas, historias, combinando recuerdos jocosos con reminiscencias muchas veces cargadas de nostalgia. Cuando avanza la noche, el último bocado que es llevado a la boca, lo hace con un ritmo especial, la música se eleva: es hora de comenzar el baile.  

Una variada gama de canciones, todas ellas bailables y de distintas épocas, nos hace salir de nuestros asientos, dándole libertad a nuestros cuerpos para que hagan figuras en el aire… bueno, permítanme la licencia de la metáfora de esta última frase, jeje. Pero, la cuestión es que bailamos. ¡Vaya que bailamos! Y nos reímos y disfrutamos, y no nos importa un bledo si nos cansamos.

Leí días pasados una definición que me encantó de un escritor francés e investigador musical, Pascal Quignard, sobre lo que es la danza. Según él, es el deseo irresistible de levantarse. ¡Cuánta razón tiene! pensé. Porque al escuchar ciertos acordes, permanecer sentado es una limitación insoportable.

Pues, nosotros, esa barra macanuda de rioplatenses que aprendió a divertirse a lo loco en el primer mes del año, este enero no bailó. Sin ponernos de acuerdo, sin charlas previas, ni sugerencias, ni nada. Simplemente, la música no estuvo convocada y entonces, ese deseo irresistible de levantarnos no surgió. Nos quedamos sentados... nos quedamos sentados porque nos pesó una ausencia definitiva y también extrañamos una presencia que, no tenemos dudas, volverá a estar con nosotros en un tiempo que todos deseamos cercano.

Hay veces que, espontáneamente, los humanos encontramos lenguajes no verbales para transcurrir tiempos de pausa ante situaciones que nos hacen doler el alma.

La foto que ilustra estas líneas, la tomé mientras escribo, es de una naturaleza a la que el viento, sin reparar en definiciones, hace danzar con alocado frenesí.

Aloma Sellanes

30/01/25